Aprendizajes y desafíos en la investigación en contingencia

La investigación en el contexto de la pandemia por COVID-19 se ha visto afectada, ha sufrido retrasos, modificaciones. Se ha tenido que repensar y adaptar el trabajo para lograr sus fines.

  • Los proyectos de investigación e incidencia llevados a cabo desde los institutos y departamentos académicos se han tenido que adaptar a las condiciones actuales y replantear para los próximos escenarios.

Tema abordado por la Dra. María Eugenia Ibarrarán, la Dra. Itzel López Nájera y la Dra. Amaranta Cornejo, académicas e investigadoras de la IBERO Puebla, que participaron en el conversatorio Investigación en contingenciay moderado por la Dra. Belinka González.

En su intervención, la Dra. María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga S.J. (IIMA), compartió los principales proyectos de investigación e incidencia que se están realizando desde el IIMA, algunos de ellos en colaboración con otras áreas de la Universidad o instancias externas: Beneficios ambientales de restauración de la Cuenca del Alto Atoyac, Análisis espacio-temporal y sociodemográfico de Enfermedades Crónicas No-Transmisibles (ECNT) en la Cuenca del Alto Atoyac, Territorios en Diálogo, Economía Circular en empresas de Economía Social, Huerto Universitario, entre otros.

La Dra. Ibarrarán Viniegra, investigadora nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), comentó que ha sido una etapa con muchas adaptaciones y cambios, aunque también han sido tiempos muy productivos. “Se han adaptado los procesos, se han hecho ajustes, entrevistas a distancia con los distintos actores, comunidades, asociaciones civiles, gobierno y empresas”.

Por su parte, la Dra. Amaranta Cornejo Hernández, coordinadora de la Maestría en Comunicación y Cambio Social de la IBERO Puebla, compartió el proyecto Académicas en México: investigar(nos) en pandemia, trabajo que busca visibilizar las condiciones materiales y subjetivas que hacen posible producir y reproducir socialmente la vida de académicas en el país en el año 2020.

Entre los hallazgos encontrados, la investigadora destaca que, durante esta contingencia sanitaria, el trabajo virtual ha supuesto una transferencia de costos, pues algunas personas han tenido que invertir en un mejor contrato de internet y comprar papelería y materiales para su labor. Además, existe una incertidumbre laboral y una expansión de las jornadas de trabajo.

Por otro lado, la Dra. Cornejo Hernández, quien es nivel I del SNI, afirmó que las mujeres han sufrido una invasión de lo productivo sobre lo reproductivo, es decir, que el trabajo en casa entra en tensión con las actividades del hogar. Esta situación se ha intensificado en la pandemia, pues de acuerdo con la investigación, las mujeres dedican cinco horas diarias al trabajo doméstico y al cuidado de adultos mayores o menores de edad, lo que conlleva a la sobresaturación, agotamiento y estrés excesivo.

Por su parte, la Dra. Itzel López Nájera, mencionó que el trabajo El juego como herramienta para la detección y atención de las violencias estructurales en espacios escolares: ¿a qué están jugando las niñas y los niños? ha tenido que reestructurar sus estrategias metodológicas, tratando de respetar los propósitos originales del proyecto.

Durante esta contingencia, el proyecto formado por un equipo de trabajo interdisciplinario e interinstitucional, que cuenta con un financiamiento del Conacyt, ha tenido acercamientos de manera remota y entrevistas con niñas, niños y padres de familia, gracias a la vinculación que se logró con personal de la SEP estatal.

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La investigación estaba centrada en lo presencial, a través de la observación en las escuelas, para detectar a qué están jugando las niñas y los niños en escuelas primarias ubicadas en zonas de alta conflictividad y violencia del país, e identificar si las violencias estructurales han sido subjetivadas en la cotidianidad de los menores.

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“Estos ajustes que se han hecho en la investigación han permitido afinar la mirada y no quedarnos solo con el panorama inicial. Hemos identificado muchas otras situaciones de violencia, no tan explicitas, sino más cotidianas, que a veces no nos cuestionamos y que viven constantemente los niños y las niñas”, comentó la Dra. López Nájera, nivel candidata del (SNI) y coordinadora de las maestrías en Educación de la IBERO Puebla.

Dentro de las virtudes del trabajo durante la pandemia, la Dra. Ibarrarán rescata el incorporar parte de estas experiencias a la nueva normalidad que nos tocará vivir, pues muchos espacios virtuales han servido para conectarse y realizar un trabajo colaborativo con personas en lugares lejanos, reduciendo costos y tiempo por los traslados. De igual manera, se han abierto oportunidades para asistir más fácilmente a congresos y encuentros académicos internacionales.

La Dra. Amaranta Cornejo afirmó que debemos ser conscientes que no vamos a volver al mundo que dejamos antes de la pandemia, sino que será otra realidad a la que tendremos que adaptarnos y generar otro tipo de estrategias para reproducir la vida social.

Las académicas cerraron el conversatorio afirmando que será necesario priorizar el trabajo en proyectos que abonen a transformar el mundo herido, sin dejar de lado la salud emocional y física: ser conscientes de la crisis en la que estamos viviendo, dejar de autoexigirnos y reconocer los avances y logros que se han tenido.

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