Egresado BUAP gana primer lugar en Premio Nacional de Entomología por su tesis

Su trabajo destacó por el estudio de los triatominos vectores de la enfermedad de Chagas

La Sociedad Mexicana de Entomología otorgó a Iván Epifanio Bravo Ramírez, egresado de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, el primer lugar en el Premio Nacional de Entomología “Ricardo Coronado Padilla” 2019, en la modalidad de mejor tesis de licenciatura, por su destacado trabajo en el estudio de los triatominos vectores de la enfermedad de Chagas.

        La tesis, asesorada por los doctores César Antonio Sandoval Ruiz y José Lino Zumaquero Ríos, se conformó como un proyecto de investigación científica de corte entomológico y epidemiológico, enfocado en la importancia médica de chinches hematófagas de la familia Triatominae, las cuales son transmisoras del protozoo Trypanosoma cruzi, agente causal de la enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana).

          El estudio se realizó en tres comunidades rurales del municipio de Acatlán de Osorio, ubicadas en la Mixteca baja poblana, donde se tomaron muestras en algunos hogares. La intención fue analizar datos entomológicos y socieconómicos que permitieran dilucidar los factores que propician la infestación  domiciliaria, además de analizar la dinámica de la transmisión de la enfermedad de Chagas y el impacto que tiene el vector en esta población, explicó Iván Bravo.

Qué es la enfermedad de Chagas

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que entre 6 y 7 millones de personas están infectadas con el parásito causante de esta enfermedad, la mayoría de ellas ubicadas en 21 países de América Latina, incluido México.

         La enfermedad de Chagas tiene dos fases, la primera es la aguda y dura unos dos meses después de contraer la infección. Se caracteriza porque circulan por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos y en la mayoría de los casos no hay síntomas o estos se pueden confundir con un resfriado (fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares o dificultad para respirar).

         En una segunda fase los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardiaco y digestivo. Hasta un 30 por ciento de los pacientes sufren trastornos cardiacos y 10 por ciento presentan alteraciones neurológicas, digestivas (agrandamiento del esófago o colon) o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardiacas o insuficiencia cardiaca progresiva por destrucción del músculo cardiaco y sus inervaciones.

        Ese tipo de insectos les gusta vivir cerca de las comunidades rurales por las condiciones y la disponibilidad del alimento (sangre), tanto del hombre como de animales silvestres o de traspatio. Generalmente se meten en las casas donde pican a la persona y una vez que se llenan de sangre defecan y en sus heces va el parásito, el cual entra al sistema circulatorio cuando la persona se rasca o frota la zona donde le picaron.

       Al respecto, Iván Bravo mencionó que dependiendo de la especie de chinche es el grado de peligrosidad, porque el parásito se transmite cuando defecan, sin embargo esto lo hacen solo cuando ya se llenaron de sangre, algunas especies se alimentan y defecan después de media hora, mientras que otras lo hacen de forma inmediata, estas son las de mayor importancia epidemiológica.

El trabajo de la tesis

En cuanto a los resultados de la tesis, destaca la presencia de Meccus pallidipennis como único vector, por lo menos en esas tres localidades. Asimismo, Bravo Ramírez demostró que el 90 por ciento de las viviendas de estas comunidades estaban infestadas de chinches, lo que implica que esa población está en un constante riesgo de adquirir el parásito vía vectorial.

       De igual manera, respetando el procedimiento del comité de ética de la OMS y el Hospital Universitario, se colectaron sueros biológicos para realizar pruebas serológicas. El resultado reflejó que el 6 por ciento de la población presenta anticuerpos anti-Trypanosoma cruzi, lo que confirma que la persona estuvo en contacto con el parásito.

        “Observamos que la principal fuente de alimentación del vector es la sangre humana, y que la población rural es la más vulnerable debido a las condiciones precarias de sus viviendas. Desgraciadamente en esta región, como en muchas otras, la enfermedad de Chagas está desatendida a pesar de que existen programas nacionales de prevención y control. Le pedimos a la comunidad acudir al centro de salud, pero no hubo intervención”, refirió.

        La tesis, la cual tuvo como asesor externo al doctor Jesús Torres Montero, de la Universidad Veracruzana, y al doctor Jorge Sarracent Pérez, del Instituto de Medicina Tropical (Pedro Kouri), fue revisada por un jurado integrado por un comité seleccionado por la Sociedad Mexicana de Entomología, los expertos en el tema tomaron en cuenta aspectos como el rigor científico y el impacto social que tienen los trabajos presentados en distintas áreas.

        Iván Bravo reconoce que su interés por los insectos de importancia en salud pública surgió por influencia de sus profesores de la facultad. “Me gustan mucho los animales, pero no sabía qué área elegir; sin embargo, cuando tomé clases con el doctor Sandoval-Ruiz me fascinó este grupo, ahí le tomé sentido a su estudio y trabajo científico con un impacto social”.

        El egresado de la BUAP fue aceptado para cursar una Maestría en Ciencias en Enfermedades Transmitidas por Vector, él estudiará en el Centro Regional de Investigación en Salud Pública, que pertenece al Instituto Nacional de Salud Pública, en Tapachula Chiapas.

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