Noche de Reyes Magos

Como madre de familia y tía, uno de los momentos más hermosos de cada Navidad es cuando los pequeños abren sus regalos. Ver la alegría de sus rostros es la mejor recompensa para todo el esfuerzo del año. Recibir un abrazo, un beso y un “gracias” lleno de alegría es una experiencia incomparable.

Esta Navidad vimos cómo hubo espacios vacíos en las mesas por seres que se fueron, los regalos quizá escasearon, si no es que la comida y el Día de Reyes podría ser similar. Pero toda moneda tiene dos caras y un borde. Y así como hay una cara de dolor y tristeza, hay otra de esperanza.

En medio de una pandemia, donde se esperaría que todos los sistemas y estados colapsaran, los países se han unido de una manera u otra para buscar una solución y crear en tiempo récord una vacuna.

Personas de diversos países han ayudado a otros y gobiernos los del mundo, salvo vergonzosas excepciones, como el gobierno de México, han apoyado a la población y han dejado de lado la política electoral, para salvar vidas. Hemos visto la solidaridad entre los mexicanos a falta de una acción responsable y comprometida del gobierno federal, muchos médicos han salido a informar a la gente ante la desinformación del subsecretario de salud, en fin, si bien es cierto la vida nos golpeó duramente el año pasado, las personas en su gran mayoría han respondido con responsabilidad y muchos han sido un gran apoyo para quienes lo están pasando realmente mal.

Creo que como seres humanos así, con personas de esa calidad, no necesitaría pedirles nada más a los Reyes Magos. Creo que esos seres humanos son también padres de familia heroicos que sabrán regalarles a sus hijos tiempo de calidad, una sonrisa, un beso, una rica comida. Seres humanos así sabrán convertir en un gran regalo lo más sencillo, porque saben que todo lo que se hace con amor se convierte en algo enorme, maravilloso, luminoso, inolvidable. Sí, quizá las cosas materiales no abundarán, quizá no haya regalos enormes, pero un regalo dado con amor, por pequeño que este sea, es algo enorme. El amor hace maravillosas y enormes las pequeñas cosas.

Aún así, quisiera pedirle algo a los Reyes Magos: Quisiera pedirles que en México todos seamos ciudadanos activos en la política y que todos estemos comprometidos con el bien común. Quiero que nos traiga un gobierno renovado, que realmente apoye a los ciudadanos en medio de esta pandemia, quiero que pongan el ejemplo.

Le pido a los Reyes que le traigan unas cajas de cubre bocas a todos los líderes políticos, en especial al señor Presidente, para que entienda que muchos lo siguen a él, que tenga la sabiduría para dejar de lado sus prejuicios y gobernar para todos.

Quisiera que Melchor, Gaspar y Baltazar nos regalen un buen sistema para llevar un conteo de los casos, para tener un mejor control, porque el actual parece que sólo funciona de acuerdo con los intereses electorales.

Pido a los Magos de Oriente que tengamos un programa de vacunación eficiente y que llegue rápidamente a todas las personas. Pido a los Reyes que todos los ciudadanos tomen conciencia sobre protegerse y proteger a los demás, que tengamos ánimo, que no dejemos que nos engañen, que tomemos al país en nuestras manos por medio del ejercicio bien pensado del voto. Pido a los reyes que no falte el amor en las familias y que, así como ellos fueron guiados por la estrella hasta el Niño Dios, así también nosotros encontremos en nuestra vida estrellas (personas y acontecimientos) que nos ayuden a alcanzar esa vida que todos hemos soñado. Pido finalmente, que todos vibremos en la sintonía de nuestros sueños, que vibremos tan alto y tan fuertemente que veamos cómo nuestros sueños se hacen realidad.

Les deseo un Feliz día de Reyes.

Dra. Mónica Roldán Reyes

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