Urgente erradicar prejuicios para garantizar derechos a personas LGBT+: experta

Los derechos de las diversidades sexogenéricas son una extensión de las garantías individuales de las que deben gozar todas las personas sin excepción.
“Bienvenidas sean las almas rotas / al lugar que las acoge como reinas. / Hemos de coexistir en paz todos los arcoíris del firmamento. […] El respeto a la diferencia no será impuesto / será algo que crecerá natural”. En su poema Reinado, el estudiante de la IBERO Puebla Diego Salamanca Cobos imagina un mundo en el que las diferencias brillan y se entremezclan con armonía plena.
Con tales ánimos dio inicio una conferencia magistral en la Universidad Jesuita relacionada con los desafíos en torno a los derechos humanos de las personas LGBT+. “Desde la Universidad tenemos que seguir haciendo esfuerzos para transversalizar los derechos de todas las personas”, aseguró Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla.
Los avances
Junio visibiliza un orgullo que es permanente para quienes lo viven. Es la oportunidad para sumar a más personas a las arengas victoriosas de todas aquellas personas que han tirados las puertas del clóset, pero también de recordar las conquistas generacionales a nivel social y jurídico.
Ya sea abreviado o extendido, el acrónimo LGBT+ constituye una comunidad de comunidades. Cada una de las letras que integran el macrocolectivo de la diversidad sexogenérica engloba poblaciones diversas entre sí, lo que supone múltiples realidades sociales, psicoemocionales y legales.
En la última década, las políticas públicas de América Latina en materia de género y diversidad sexual han tenido avances significativos. Criminalización de los mensajes de odio, matrimonio igualitario y reconocimiento a las identidades son grandes ejemplos de ello.
Durante su ponencia, Fanny Gómez Lugo, profesora de la Universidad de Georgetown, identificó tres categorías en cuanto a los progresos en marcos regulatorios en el Cono Sur. México, Argentina, Chile, Uruguay, Colombia y Ecuador son los que más avanzado en los últimos diez años hacia políticas que protegen a la comunidad LGBT+. Mientras tanto, en Costa Rica, Panamá, Bolivia, Brasil, Honduras, El Salvador y Cuba los marcos normativos son insuficientes.
Existe preocupación especial por Venezuela, Paraguay, República Dominicana, Nicaragua y Perú, lugares en donde la cultura homofóbica continúa institucionalizada. “Cuando hablamos de los avances, tenemos que entender que estos no han sido necesariamente suficientes o que hay problemas con su implementación”.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU ha jugado un papel fundamental para normalizar las identidades a nivel internacional. La campaña Vivir libres e iguales ha colocado la agenda de las disidencias en las discusiones públicas de la mayoría de los países. Y esto ha detonado resistencias.
Retos y voces adversas
Países africanos, caribeños y de Oriente Medio han mostrado su rechazo hacia estos avances al considerarlos discursos intervencionistas por parte de Estados Unidos. Ante ello, la activista contraargumenta: “No son derechos especiales. Es el principio de no discriminación llevado a la esfera de la orientación sexual y la identidad de género”.
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